La contrarreforma laboral, el ataque al Estado del bienestar, el entreguismo a los mercados y su ocultismo al no querer presentar los Presupuestos Generales del Estado antes de estas elecciones han sido suficientes para que una gran parte del electorado en Andalucía haya dado la espalda al PP. Se las prometían muy felices esperando recoger los votos que no irían a parar al PSOE, bien que han aprovechado en la campaña electoral los casos de corrupción en los que políticos del PSOE se han visto involucrados. Es verdad que los andaluces les han castigado pero no se han ido a la derecha como esperaba Rajoy, si no que han depositado su confianza en la Izquierda. Han votado un 65% más que en las Elecciones anteriores a Izquierda Unida. Ahora de 6 diputados han pasado a 12.
También en Asturias, el porcentaje de votos en Izquierda Unida ha subido un 35%. De 4 diputados han subido a 5.
Se van viendo atisbos de reacción ante las políticas neoliberales de la derecha, todavía muy lenta, pero algo es algo.
Es un momento de optimismo y hay que seguir trabajando para que el bipartidismo que tenemos en nuestro país de una vez por todas se rompa. Los dos partidos mayoritarios que llevan años en el poder: PP y PSOE son dos caras de la misma moneda, defienden los mismos principios aunque digan ellos que no. Cuando de verdad ha habido que demostrar del lado que estaban no han dudado ambos: el dinero antes que las personas
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