Lo que los demás esperan de nosotros puede desencadenar un conjunto de acciones que nos lleva más allá de lo que podemos imaginar en lo mejor y lo peor.
Las expectativas de los padres con sus hijos, de los profesores con los alumnos y los mandos con sus subordinados tienden a cumplirse. Cuando se espera más de una persona se produce un clima emocional más intenso, dándole más oportunidades y exigièndole también más. Este efecto tiene más fuerza en edades tempranas puesto que el aprendizaje depende mucho más de la guía y decisiones del educador y a esas edades somos más modelables.
Para la Psicología este es un principio de actuación para conseguir metas. Se ha demostrado a través de diferentes estudios ( Rosenthal y Jacobson) teoría de la "profecía autorrealizada" http://www.educarueca.org/spip.php?article417, que la confianza que los demás tengan en nosotros pueden darnos alas para alcanzar los objetivos más difíciles y que las predicciones tienden a realizarse cuando existe un fuerte deseo que las impulsa.
Este efecto-principio está basado en un mito de la cultura griega:
Pigmalión, escultor de Chipre, tenía un ideal de mujer que nunca encontró, decidió emprender la creación de una escultura que simbolizara el ideal de la belleza femenina, compendio de todas las gracias y que reflejara las cualidades de belleza, armonía, nobleza, sensibilidad, ternura que él buscaba... Decidió tallarla en marfil y trabajó noche y dia sin descanso hasta que terminó una escultura tan perfecta, que representaba todo lo que buscaba. La mitología griega dice que la llamó Galatea y que por mediación de Afrodita la diosa del amor se convirtió en humana.
El cine ha tratado mucho este tema a través de películas que intentan plasmar sentimientos, comportamientos y pensamientos en otras personas. Algunos ejemplos son:
-"El gabinete del Dr. Caligari" del expresionismo alemán (1919) de Robert Wiene
-"El Gollem" del expresionismo alemán (1920) de Paul Wegener
-"Dr. Frankenstein" (1931) de James Whale
-"Pygmalión" Reino Unido (1938) de Anthony Asquith y Leslie Howard
-"My Fair Lady" EE.UU. (1964) de George Cukor
-"El Coleccionista" EE.UU. (1965) de William Wyler
-"El pequeño salvaje" Francia (1970) de Francois Truffaut
-"El espíritu de la colmena" (1989) de Victor Erice
-"La Bella y la Bestia" (1991) de Blade Rummer
-"Garaje Olimpo" Argentina (1999) de Marco Bechis
En un marco de entendimiento de que nosotros somos quiénes creamos nuestra propia realidad, podríamos situarnos en nuestro propio desarrollo cognitivo y asumir que las experiencias que están dentro de nosotros las podemos utilizar para modelar nuestras actitudes y conductas y hasta nuestra forma de ver el mundo. Podríamos ser conscientes de que por el hecho de tener voluntad para cambiar ciertos aspectos de nuestra vida, que bien nos molestan o nos impiden crecer, ya por ese sólo deseo de modelar nuestra realidad, podríamos conseguir muchas metas de transformación. ¿Que papel le toca hacer a un educador en la labor modeladora de educar? pues bien: Estimular y crear espectativas positivas para que el efecto Pigmalión se genere. Contribuir también para que las personas a las que educa se conciencien de que ellos pueden alcanzar aquellos objetivos que se propongan, aunque les cueste esfuerzo y que además pueden incidir en la transformación de la sociedad para crear un mundo mejor.