El nuevo tipo de analfabeto puede ser cualquier hombre o mujer de un entorno urbano o rural, que aún sabiendo leer y escribir tiene dificultad para comprender la realidad construida por los medios.
Las instituciones educativas formales prestan escasa o nula atención a los nuevos conocimientos vinculados al contexto comunicativo e informativo en el que se mueven cotidianamente niños y jóvenes. A modo de ejemplo comentaré el tratamiento que se está dando a este tema en la región dónde vivo: Galicia.
El proyecto "Abalar" promovido por el Gobierno de Galicia y que pretendía dotar a 14.500 alumnos de Primaria y Secundaria de un ordenador ultraportátil y de recursos por aula, para la formación e integración de las TICS en la Enseñanza, además de un portal web que daría respuestas educativas específicas, se ha visto literalmente mermado y además con tintes discriminatorios, según denuncia el Sindicato CIG. Dichas dotaciones han ido a parar a centros privados en lugar de los públicos, discriminando una vez más a los estudiantes con menos oportunidades.
http://www.cig-ensino.com/ver.php?nav=2944(6)
La "divisoria digital" tan comentada es una realidad cada vez más llamativa. Se está creando una brecha profunda entre los que no tienen Internet y los que sí lo tienen y no sólo éso, sino las que reciben una educación para poder utilizarla inteligentemente y los que aún en el caso de tener acceso, no tienen oportunidad de educarse para entender estas nuevas tecnologías ni las estrategias de quiénes las manejan, pudiendo acarrearles más perjuicios que beneficios.