Es curioso y chocante comprobar que muchos padres residentes en Estados Unidos y que un día emigraron desde Cuba para buscar una vida mejor, ahora decidan que dónde sus hijos pueden estar más protegidos en el tiempo que estan de vacaciones, es en Cuba.
"En los días iniciales de este verano los cubanos observaron un inusitado fenómeno: muchos niños ajenos al vecindario jugando en los parques y calles con los niños de sus barrios. Los pequeños visitantes resultaron ser hijos de vecinos que emigraron más o menos recientemente cuyos padres los han enviado a pasar el verano en sus antiguas barriadas, pero también podían ser simplemente hijos de emigrados que habían confiado la atención de sus proles a algún familiar suyo cercano durante las vacaciones escolares de los niños."
Y es que no es para tomárselo a broma, existe una violencia muy alta en la mayoría de las ciudades estadounidenses y los niños no están seguros en la calle jugando. De siempre ha sido habitual que los niños en tiempo de vacaciones pasen más horas jugando al aire libre con otros niños. Los parques se llenan de risas y gritos de alegría. Sin embargo en Estados Unidos es un peligro potencial que los niños salgan a jugar.
Se conoce que la seguridad humana, y particularmente la de los niños, es precaria en Estados Unidos, especialmente en zonas como la ciudad de Miami, donde residen muchos inmigrantes cubanos llegados allí a lo largo del último medio siglo en virtud de las medidas de estímulo a la migración puestas en práctica por Estados Unidos como parte de su política contra la revolución.
Estos son algunos de los artículos que refleja la prensa:
“… el salvajismo de los criminales se ha desatado en algunas zonas de Miami. En los últimos días, un vándalo armado con una escopeta de cañones recortados asaltó a un muchacho y le pegó un tiro en el estómago. La víctima está aún entre la vida y la muerte y tiene tantas postas de plomo en el estómago que los médicos, tras varias operaciones, continúan sacándoselas de las entrañas. "
“Poco antes y en otro incidente, un niña que estaba en la puerta de una biblioteca pública con su laptop fue víctima de un grupo de salvajes que, no contentos con robarla, le fracturaron la mandíbula a patadas. “Varios policías me han comentado que en áreas de Allapatah, Overtown y Wynwood han aparecido bandas de muchachos que se dedican a aterrorizar a los residentes, especialmente a los más débiles: ancianos, niños y mujeres solas. Estas bandas se han tomado los pocos parques que hay en la zona y patrullan las calles a sus anchas robando a su antojo. “… barrios enteros de nuestra comunidad… viven bajo el terror de estas pandillas de maleantes… Una detective me explicó que ella no entraba en cierta barriada de Miami a hacer un registro porque el teniente les ha dicho que eso es muy peligroso. “
Se comprende, que quienes han ido al extranjero en busca de mayor bienestar material que el que les puede ofrecer su patria, asediada y agredida por el delito de defender a toda costa su independencia y soberanía, recurran a uno de los más importantes logros de la revolución cubana, la seguridad humana, como ambiente que desean para sus hijos. La invasión de veraneantes infantiles a disfrutar de la seguridad y tranquilidad que se respira en Cuba hace más ridículas aún las acusaciones del senador republicano por Florida Mario Díaz-Balart al presentar al Congreso una enmienda legislativa destinada a reimplantar las prohibiciones relativas a los viajes y remesas impuestas por George W. Bush que dejarían sin efectos las escasas modificaciones introducidas en estos asuntos durante el gobierno de Barak Obama, entre ellas las que permiten estas vacaciones infantiles en Cuba.
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