La edad no cuenta cuando un hombre o una mujer son coherentes con sus principios hasta el final de sus días, cuando ninguna lucha por la justicia y los derechos de la humanidad, por muy dura que haya sido, les hace renunciar de los mismos.
Son personas excepcionales e "imprescindibles" y como faros nos orientan con su luz en la noche. Hay gente que les molesta reconocer su brillo, por diferentes motivos, muchos de ellos inconfesables.
Manolis Glezos, tiene 92 años y protagonizó el primer acto de resistencia a los nazis en Grecia, quitando la bandera con la esvástica, que ondeaba en la acrópolis de Atenas y simbolizaba la ocupación alemana. Entonces tenía 19 años. Su vida está plagada de luchas defendiendo la libertad: ha sufrido prisión, exilio, condenas de muerte, torturas.
"Este joven de 92 años está dispuesto a resistir nuevamente, esta vez contra la ocupación económica que tiene a Grecia con datos de pobreza impropios de un país de la UE. Lo hará en la Comisión de Cultura y Educación de la Eurocámara, donde recordará que "la palabra Europa es griega" y sin Grecia, Europa es imposible".
Se sienta en la bancada de los europarlamentarios de Izquierda, compartida con los españoles de Podemos e Izquierda Unida. Ha sido elegido para cumplir el cometido de reclamar a Alemania los préstamos obligatorios que la banca griega tuvo que pagar a Hitler y que aún no le han sido devueltos.
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