Las cosas que realmente hemos aprendido en nuestra vida, son mayoritariamente aquellas que hemos tenido la oportunidad y el compromiso de transmitirlas a los demás. Las restantes, ésas que sólo hemos leído o escuchado, han quedado (salvo contadas excepciones) en el olvido. Por éso la expresión es tan importante, es un acto de comunicación, es sacar de uno mismo para transportar al exterior aquello que se piensa, el conocimiento de algo. Se supone que en ese acto de transmisión existe una recepción, es decir alguien que recibe la información.
Y..... ¿dónde es que se produce el aprendizaje?
Pues precisamente, cuando la información pasa a ser parte de ambos: emisor y receptor. Los dos se apropian de la información en cuestión, pero aún el aprendizaje no está completado con el acto de trasvase. Es necesaria una implicación personal un descubrimiento y una re-creación y aún más: una re-invención. Todo este proceso de aprendizaje es un proceso de construcción y se retroalimenta volviéndolo a comunicar y..... así sucesivamente.
Las redes juegan un papel importante en esta dinámica de enseñanza-aprendizaje. Las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) facilitan la retroalimentación informativa, no cabe duda. Sin embargo ellas no podrán sustituir ese otro aspecto del proceso en el que es necesaria la implicación personal y es ahí justamente dónde tiene su espacio de acción la educación.
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