"Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción" Simón Bolivar



domingo, 2 de enero de 2011

¿Otro mundo es posible?

En estas fechas una se encuentra con personas que normalmente no lo hace durante el año. Parece que hay en ellas una necesidad de reencontrar viejos sueños de amistad, viejos sueños de ilusión ante la vida, viejos principios o valores de la juventud o viejos deseos de renovación...... Todos, planteamientos viejos, que se han quedado así por desuso.

Comentan que NO creen en un mundo mejor, que todo está tan mal que ya es imposible enderezarlo. Se presentan ante sí mismos (porque se lo llegan a creer) y ante los demás, como seres heridos y víctimas de esta sociedad o de este mundo "perverso" y en el que no cabe otra salida, según ellos que la de "sálvese quién pueda".

Esta falta de entusiasmo contamina a los cercanos, anula la posibilidad que tenemos los humanos para la resiliencia en momentos adversos, pero que después nos permite salir de los mismos más fortalecidos y con ganas de ejercer uno de nuestros atributos naturales como seres humanos que es la necesidad de trascender fuera de nuestra propia individualidad y que nos lleva a incidir con nuestra actitud en la transformación de la sociedad.

Cuando se les observa, una se da cuenta que no hay tal negación intrínseca, pues hacen cosas, eso sí, para ellos mismos y para el coro de adeptos que les rodean y que necesitan mantener fieles, pero con esa postura de personas desvalidas, maltratadas por la vida, y necesitadas de atención, tienen asegurada la cohorte de admiradores que girarán alrededor de sus intereses y éstos no tendrán  la oportunidad de buscar sus propios caminos de autonomía.

¿Es posible otro mundo?

A mí me parece que SI pero lo debemos construir, no nos podemos quedar de brazos cruzados lamentándonos lo mal que está todo y menos aún transmitiendo a nuestras siguientes generaciones esa actitud negativa, porque nuestro deber como agentes sociales y cada uno tiene su papel en esta sociedad, es la de sensibilizar en que tenemos todos una responsabilidad para que ESTE MUNDO funcione y tenemos que intentarlo y dejar de lamentarnos y ponernos "manos a la obra" cuanto antes. Si no lo hacemos no tendremos derecho a erigirnos en víctimas y mucho menos a contaminar a los demás.
Y cuando nos encontremos en ese otro mundo posible, no añoraremos la amistad, porque la habremos cultivado y formará parte de nuestro presente; los valores y principios los habremos mantenido y en el presente podremos verlos enriquecidos; y la renovación habrá sido una constante en nuestra vida que nos hará ver el mundo con más optimismo.

¡No tendremos necesidad de recurrir a viejos fantasmas!

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