Partimos de la base de que todo lo que nos enseñan los medios es una "representación" de la realidad. Cuando nos presentan una fotografía de alguien o de algo acontecido o nos narran hechos, sucesos o acontecimientos nos están representando una realidad a través de la imagen o a través de la palabra, pero no deja de ser una representación de lo que acontece o de lo sucedido. Por lo mismo que cuando observamos una fotografía nuestra, no somos nosotros, sino un papel que nos muestra una representación de nosotros.
Los medios son una ventana abierta al mundo para presentar la realidad, pero no exenta de mediación. En ese proceso interviene una selección en la que habrán de tomarse decisiones sobre quién y qué se va a mostrar: quién será el personaje, quién será la gente, qué se dirá de él o de ellos, qué acontecimiento o hecho se decide destacar o silenciar......... y en el peor de los casos cómo trastocar y manipular una noticia para que parezca otra cosa distinta de lo que fue.
Ahora me viene a la memoria el trato que han dado estos días ciertos medios de comunicación (blogs locales) que están prestos a difundir todo lo que las instituciones hacen o deshacen y han sido incapaces de difundir una iniciativa de personas jóvenes de la zona que contagiados del espíritu del 15-M han organizado un "Mercadillo Sustentable" de venta de objetos usados y de trueque. El hecho de que un grupo de jóvenes reaccionen organizándose creando nuevos vínculos asociativos dando una respuesta popular al consumismo desenfrenado que vivimos en la actualidad, declarando al mismo tiempo opiniones tan importantes como que "ese desenfreno la fomenta el fabricante", "que consumimos muchísimo más que lo que verdaderamente necesitamos", "que nunca tenemos en cuenta lo que rodea al proceso de fabricación y lo que afecta al medio ambiente" o "que con la realización de este tipo de actividades se establecen nuevos caminos para la colectivización del material". Sinceramente tendríamos que haberlos aplaudido y apoyado y por desgracia no ha sido así. Unos les han criticado la lengua que utilizan, otros se han limitado a destacar alguna imagen poco exitosa del evento y otros les han ignorado. Lo lamentable es que estos mediadores han hecho un flaco servicio al movimiento de indignación que se extiende por todas partes, pareciera que la indignación para ellos tuviera que provenir de la burguesía recalcitrante y con "pedigrí". En España así nos va a la izquierda. Transformar de base nada de nada.
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